viernes, 4 de mayo de 2012

Tulipomanía


Los Tulipanes son la flor holandesa por excelencia, pero esta especie floral no es originaría de Europa, fue introducida en el 1551 desde Oriente Medio y tan sólo medio siglo después Holanda ya era proclamada la ciudad de los tulipanes. 

Introducida de la mano del botánico Carolus Clusius, el propio Clusius guardó celosamente su existencia, cultivándolos de manera secreta hasta que un robo hizo que la planta se diera a conocer al pueblo holandés, produciendo una auténtica locura por los tulipanes, llamada la "Tulipomanía."

En el año 1623 por un solo bulbo se llegó a pagar 1.000 florines, en aquella época un trabajador normal recibía un sueldo de 150 florines al año. En su época de mayor esplendor, la década de los 30, un comerciante podría obtener un beneficio del 500% mediante la especulación, era imposible no contraer esta enfermedad y de esta forma entra en el mercado la clase media, esta no dudaba en hipotecar sus casas o herramientas de trabajo para entrar en el mundo de la especulación de los bulbos

En el año 1637, salió en subasta un lote formado por 99 tulipanes que adquirió una cifra récord, se pagaron por ellos 90.000 florines de la época lo que hoy vendría a ser 14.000 millones de euros. 

Al día siguiente la burbuja estalló, un lote de medio kilo de bulbos de una variedad muy apreciada no encontró comprador por los 1.200 florines de su precio de salida. Durante 6 días comenzó a correrse el rumor por todas las ciudades del país y todos se dieron cuenta de golpe que los precios de los tulipanes no se correspondían con el valor real del productor, para muchos era ya demasiado tarde para bajarse de la locomotora a la que previamente se habían subido soñando con hacerse ricos. 

El mercado se había colapsado pero las deudas seguían en pie. Un problema añadido en esta época fue que muchos de los compradores no tenían un verdadero respaldo a la hora de comprar, nadie les había preguntado si podrían hacer frente a la obligación contraída si el mercado bajaba porque se suponía que eso no ocurriría. Al declararse en bancarrota personas por todo el país los Tribunales se vieron saturados de trabajo y tuvieron que intervenir los ayuntamientos de Holanda al promulgar leyes que dejaban sin efecto las obligaciones contraídas a partir de cierta fecha. Era ya demasiado tarde porque muchos ya lo habían perdido todo

Después del crack toda la población comenzó a odiar a los tulipanes, habían traído de la ruina a todas las clases sociales, desde los ricos comerciantes que habían perdido sus mansiones hasta los más humiles artesanos que habían entregado como aval sus herramientas de trabajo. No obstante no debieron de aprender del todo la lección, porque un siglo más tarde volviera a ocurrir un suceso parecido pero estaba sustituyeron los tulipanes por jacintos.

Vía / moises.lacoctelera.net

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